"Oliveira se dijo que no sería tan difícil llegarse hasta la cama, agacharse para decirle unas palabras al oído a
Rayuela - Julio Cortázar
Para mi cuando se muere un ser querido al mismo tiempo se muere una parte nuestra con tantas lágrimas derramadas y tantos gritos desgarrados.
Lo único que quiero es verlo bien. Si pudiera extirparle el dolor y comérmelo y explotar lo haría. Pero no hay palabra, no hay gesto, no hay fórmula secreta que pueda poner en práctica para conseguirlo. Ya se que para él son todos gestos vacíos, frases sin sentido. ¿Qué puede significar Dios cuando un amigo se muere, tan joven? No hay consuelo. No hay palmada en la espalda que surta efecto. La única razón por la cual lo hacemos es porque nos consuela a nosotros creer por un segundo que nuestro gesto consuela. Pero realmente no hay nada más. Solo hay dolor constante, acuciante. Lo único. Eso y la injusticia, y el sofoque, y el llanto. Y la impotencia de los que lo vemos desde afuera pero nos sentimos implicados, la incertidumbre y la incredibilidad. Eso y nada más.
Y por más explicaciones que se busquen no existen en estos casos. No hay culpables, ni hay alicientes, ni enfermedades. Y es peor, porque el rencor ayuda a sobrevivir, aunque sea buscando justicia o luchando por algo. Pero la angustia te come, te come... no te deja dormir.
No creo esto, no puedo creerlo. Tiene que ser una pesadilla, 20 años tenías... dejaste una familia destrozada, amigos que te amaban... pareciera que tu sonrisa es tan imborrable que se vuelve omnipresente. Lo inesperado es como una patada en el medio del pecho. Un día estamos y otro día no. Puf. Súbito. Y en ese segundo en que se paro tu corazón muchos perdieron todo. ¿Por qué a vos, habiendo tanta gente de mierda dando vueltas? Daría lo que fuera para que estuvieras acá y le dieras un abrazo a tu amigo. No hay nada que pueda hacer yo para aplacar el dolor que le causo tu partida, sólo conseguir un abrazo tuyo. No lo dejes solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario