-Sí, por un tiempito.
-¿Por cuánto tiempo?
-Hasta que vuelvas a
ser razonable
-Nunca seré razonable,
de esa manera - Y trató de retenerlo más tiempo; era casi una lucha, - ¡Piensa
en lo que he hecho! - exclamó -. Morris, he renunciado a todo.
-Todo lo recuperarás.
-No dirías eso si no
quisieras significar algo. ¿Qué es?... ¿Qué ha ocurrido?... ¿Qué he
hecho?... ¿Por qué has cambiado?
-Te escribiré... será
mejor - balbuceó Morris
-¡Ah, no volverás! -
gritó, estallando en lágrimas.
-Querida Catherine -
dijo Morris-, no creas eso. Te prometo que volverás a verme. - Y consiguió
salir y cerrar la puerta tras de sí.
[...]
-Catherine, ¿Nunca me
has perdonado?
-Te perdoné hace años,
pero es inútil que intentemos ser amigos.
-No, si olvidamos el
pasado. ¡Tenemos aún un futuro, gracias a Dios!
-No puedo
olvidar... no olvido - dijo Catherine -. Me trataste muy mal.
Lo sentí mucho; lo sentí durante años. - Entonces continuó, con su deseo de
demostrarle que no debía venir a ella de esa manera -. No puedo empezar de
nuevo... no puedo aceptarlo. Todo está muerto y enterrado. Fue muy
serio; significó un gran cambio en mi vida. Nunca esperé verte aquí.
-¡Ah, estás enojada! -
exclamó Morris, quien deseaba mucho provocar algún relámpago de pasión en la
calma de ella. En ese caso tendría esperanzas.
-No, no estoy enojada.
El enojo no dura años. Pero hay otras cosas. Las impresiones duran
cuando han sido fuertes..."
Washington Square, Henry James
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