sábado, 17 de diciembre de 2011

Ocupado


No es tan difícil después de todo... digo, es como un cambio de switch. De "novia solícita" a "soltera empedernida"; de la felicidad que otorga la compañía a la resignación del "¿Da para darse?", del disfrute genuino al hastío del trámite... ¿No hice yo el proceso inverso? ¿No pase de estar "casada con la joda" a estar "re casada"? ¿Y no me costó también despegarme de esa despreocupación casi cómoda y otorgarle mi preciado tiempo a otra persona? ¿Aceptar un cierto control, una cierta repetición que consideré en su momento asfixiante? ¿Temer no poder volver al estado primigenio, a la libertad condicional, al desborde hormonal?
Y si no es tan difícil... ¿Por qué sigo sintiéndome como esos baños ocupados por chicos traviesos que traban la puerta y salen por debajo? No, no hay nadie utilizándolo, pero tampoco se puede entrar. Soy eso, un retrete solitario producto de la maldad de algún idiota que se la pasa trabando puertas. Tal vez me hayan trabado porque estoy inundado, porque no estoy listo para volver a dejar que tiren de la cadena. Por dios, que asco.
Sea como sea, quiero que alguien venga y patee la puerta y me haga sentir útil de nuevo.

Mientras tanto, me refugio en el consumo. Naomi Klein me mataría si supiera que quiero comprar cierto vestido de $300 SÓLO porque es parecido al de un personaje de ficción. Pero qué más da... es MI hora de decepcionar a alguien y además cuando se tiene un sueldo todo parece más barato.

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