Yo no vine a este mundo para ser un satélite.
Lo supe desde el día en que empecé este blog.
No puedo soportar rondar un astro de inconmensurables medidas y acompañarlo en su recorrido sin preocuparme por la órbita que sigue.
No tolero ser incapaz de engendrar vida y marchar despreocupadamente por una órbita ajena.
Lo cual no signifique que lo haya hecho, que lo siga haciendo, que cometa el garrafal error de apegarme a distintos planetas y casi rogar por un préstamo de órbita.
Me considero una estrella. Un "objeto astronómico que brilla con luz propia". Yo tengo luz propia, no necesito que nadie me marque el paso a seguir. Yo ardo, yo ilumino, yo soy digna de adoración. No nací para quedarme girando en el lugar y esperar que me rechacen. Y sí, a veces puedo ser modesta, pero nunca debería olvidarme de mi condición. Vine a incendiar el mundo, vine a irrumpir en la atmósfera y quemar todo a mi paso, puedo ser fugaz y dejar una estela, puedo ser famosa y despertar suspiros de amantes. De cualquier manera, lo que quiero dejarme en claro es que soy voz activa, no voz pasiva. Soy sujeto, no predicado. Y pase lo que pase, eso no debe cambiar por nada.
2 comentarios:
NUNCA. <3
Te quiero, amiga! En estas cosas, aunque las expresemos de distinta manera, es en las que somos tan parecidas. La semana que viene nos juntamos todas si o si. :) (ya se q no tiene nada q ver, pero lo pensé recién jajajaj)
no era es en las q, era son en las q jajajaja bue.
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