jueves, 25 de marzo de 2010

Hace dos semanas que mi hija no viene a dormir a casa. Se fue el martes al colegio y no volvió. En realidad no sé si pasó por casa porque yo vuelvo tarde de trabajar. Soy médica y trabajo en el hospital de San Isidro. Ese día igual estaba en otro consultorio en el que atiendo una vez por semana, los martes. La veía un poco triste últimamente, bastante deprimida diría yo, creo que, por lo que me dijeron sus amigas más cercanas, estaba en ese estado porque hace poco desapareció un chico del centro de estudiantes que le gustaba. Posteriormente me enteré por su propia boca que una compañera suya también desapareció, creo que su madre también vino a hacer la denuncia pero por lo que me dijo no funcionó para nada… también me contó que se quemó “accidentalmente” la biblioteca del colegio al que va, el Lenguas Vivas, el que está en la esquina de Juncal y Salguero… no solo eso, se quedaron sin bibliotecaria y sin profesora de literatura… dos más que se esfumaron sin dejar rastros. Y ella le tenía cariño a su profesora, así que imaginesé lo preocupada que estaba. Yo le ofrecí que deje de ir al colegio, de hecho casi la obligo, pero se negaba reticentemente. Llamé por teléfono a todas las amigas que tenía en su agenda. Ellas no saben nada más, están faltando al colegio y me responden con evasivas. No las culpo, con estos tiempos que corren es mejor que nadie se entere de con quién nos relacionamos… Pero yo estoy desesperada… entro a su cuarto y veo sus posters de Harry Potter, su inestable pila de libros intacta, la cama hecha, su ropa que todavía conserva su olor... Estoy segura de que la secuestraron porque no se llevó nada y además ella sería incapaz de escaparse… Ella no estaba en nada raro, no militaba, no iba a las marchas… ¿Y si lo hacía acaso eso es grave? ¿A caso es una delincuente por eso? ¿No tiene ninguna información? ¿No puede ponerla en algún motor de búsqueda? ¡ESCUCHEME! ¿Se cree que soy idiota? Estoy viendo como le hace señas a su secretaria ¿Va a encontrar a mi hija o no? Tome nota en ese block de hojas inútil que tiene ahí que mi hija se llama Sofía Bogarín.

2 comentarios:

Micaela dijo...

Me erizó la piel. Te aplaudo de pie, una vez más lograste emocionarme con uno de tus textos.

Vero dijo...

Esta muuy bueno sofi, todo lo necesario en una historia, ficcion y realidad

 
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