viernes, 26 de febrero de 2010

Había una vez un cuento controversial...

SI VAN A LEER LEAN HASTA EL FINAL.

Las puertas se cerraron tras el ruido de la chicharra. Entró una mujer común y corriente, tenía una falda negra que le llegaba hasta las rodillas, unos zapatos cerrados con considerable taco y una camisa blanca cuyos primeros dos botones estaban desabrochados. En su pelo llevaba un broche con arabescos de metal. Estaba hablando por celular y se sentó a mi lado. Por alguna razón su presencia me asqueaba un poco, ese maquillaje de secretaria, esas uñas pintadas de rojo. Sí, yo tenía esa manía de fijarme demasiado en los demás, especialmente en las personas de mi mismo sexo. Cuando se presentaba la ocasión las criticaba, las descalificaba. Si hubiese estado acompañada esa mujer se habría llevado todos mis comentarios.
Cuando comencé a escuchar su conversación tuve que contener la expresión de mis facciones. “Te amo, hermosa”, decía al tiempo que enrollaba uno de sus rulos en el dedo índice de la mano derecha. Las lesbianas eran la peor lacra social, no podía entender cómo una mujer puede ser tan maleducada. Toda mi familia, pensé, me había inculcado valores intachables que esa pobrecilla no tuvo. Me daba pena y compasión que estuviera tan enferma, peor que quien tiene cáncer o SIDA. Todas las mujeres de mi familia se habían casado muy jóvenes y se habían dedicado plenamente a sus maridos, desde mi abuela, pasando por mi madre y, finalmente, mi tía. ¿Qué diría ella si hubiese presenciado esta escena? Seguramente se indignaría tanto como yo y se bajaría enseguida del subte. Pero yo no podía, tenía que llegar temprano a casa.
Sin embargo, no podía compararse a esta muchacha, perdida e inferior, con mi madre y mi tía, quienes habían tenido la mejor educación, habían salido de una familia de renombre, no debían luchar diariamente para llevar el pan a sus casa porque tenían a sus maridos…
Me levanté del asiento y me puse frente a la puerta. Sentía que la muchacha me seguía con la mirada pero debe haber notado mi desagrado por lo cual se detuvo. Creí que estaba a salvo ya, que podría seguir adelante y olvidarlo. Pero, tan de repente como se había sentado, se levantó del asiento y se posicionó a mi lado.
La miré a los ojos, que no denotaban hostilidad alguna, yo quise contrarrestar ese efecto alejándome lo más posible, evitando cualquier tipo de contacto. Le dirigí una mirada despectiva, casi de rabia, que solo causó sorpresa en ella.
Por fin se abrieron las puertas. Esperé a que ella saliera primero, casualmente salía por la misma escalera que yo. Dobló por el pasaje en donde me tenía que tomar el colectivo. Yo estaba tan distraída que no vi a mi tía, quien me sonreía y abría sus brazos ante mí. Al verla olvidé esa estúpida obsesión y estaba a punto de devolverle el saludo levantando la mano. Pero ella no me sonreía a mí, no, no me esperaba a mí. Tardé unos segundos en reaccionar mientras esa desconocida, la del subte, besaba a mi tía, y cuando lo hice supe que todo mi mundo se había derrumbado, que esa imagen jamás abandonaría mi mente.




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Este cuento lo escribí para una materia del colegio que se llama “Producción del Mensaje”. Creo que espanté a la profesora, espero que no pase lo mismo (si es que todavía tengo algún lector por ahí) con quien lea este blog. La protagonista no se parece en nada a mí, es solo un personaje. No está basado en una historia real, no le pasó a un amigo de un amigo, es pura ficción. Igualmente modifiqué algunas partes para que quedara más clara la "moraleja". No se, quería poner algo diferente, algo que no fuese catarsis y algo que no fuese cursi. Algo real, algo que vemos todos los días, una verdad intermitente.

Válido hasta el momento en que lo publique (por ahora)

No debería forzarme a hacer esto. A mantener una conversación imposible de prolongar. ¿Qué sentido tiene? Carece de absoluta autenticidad. No se si este es el verdadero desengaño, seguramente mañana vuelvo a la carga a ser la misma negadora de siempre. Pero hoy, al menos en este instante, quiero otra cosa para mí. Quiero justamente, algo para mi… algo real para mi, “la verdadera felicidad es la felicidad real”. Sí, tal vez sí me ayudaste cada vez que tuve un dilema, porque después de todo dijiste esas cosas tal vez así nomás, tal vez sin prestar atención, pero a mí me marcaron. Y así como me marcaron condenándome a enamorarme de vos, puede, espero, que esas palabras grabadas a fuego me ayuden a salir adelante y madurar, y olvidarme de vos y de todos los otros a los cuales ponga en un pedestal por nada. Y no solo eso, sino poder aceptar realmente qué está bueno para mí, aprovecharlo, no dejarlo ir. Hoy es eso. Mañana será otro día, el diez de marzo será otro día. Pero hoy es eso.

martes, 23 de febrero de 2010

Cambios que nunca se produjeron

Sólo escribí una historia sobre él, una historia con dos finales, pero los dos iguales. No es posible que el desenlace de esa historia sea diferente, ni siquiera en la ficción. El problema es que yo nunca me dejo llevar por la ficción, al menos no a tal grado. La esperanza en la realidad hace rato que se me acabó, pero en la ficción… en la ficción esperaba poder armar yo los hechos, ni siquiera me dio esa satisfacción. ¿Qué satisfacciones nos dan los creadores de anécdotas con finales infelices o sin principios prometedores? Lo único que se cumplió de todos modos es mi perseverancia infinita, ya que lo escribí hace unos tres años pensando en esta época, y ya llegué a la época, todos mis personajes cambiaron sus objetivos de vida, esos deseos del pasado parecen casi ridículos pero los míos… los míos siguen inútilmente en pie. Es casi injusto que no pueda reírme de mi ilusión infantil porque la sigo teniendo. Cambiaron los amigos, los códigos, las relaciones, pero eso aún no cambió. Ojala algún día suceda. Estoy esperando, impacientándome a cada momento, el día que me vea al espejo y pueda decir que eso definitivamente quedó en el pasado, el día que la hoja vuelva a estar en blanco y pueda volver a empezar a escribir, pero esta vez será sólo mi historia.




viernes, 19 de febrero de 2010

Memoria Colador

No se si me pasa a mi sola pero la mayoría de las veces me cuesta acordarme de cuando exactamente empezaron las cosas. Nunca tuve un diario íntimo o algo así, solo mi blog o fotolog y hace un par de años que los tengo nada más. Pero no tengo registros de días importantes en mi vida. No me acuerdo cuando fue que empecé a ver con otros ojos al chico que inspira todas estas cosas que escribo aunque me acuerdo flashes de momentos anteriores o posteriores. No podría decir en qué fecha exacta vi Somewhere Only We Know ni en qué canal… o sea, no sé que día conocí a Keane, mi primer banda preferida. Ni cuándo empecé a leer Harry Potter y el prisionero de Azkaban (fecha importante ya que lo considero el primer libro que leí), ni cuál fue la primera película que fui a ver al cine. Y esas cosas se van perdiendo y más si se tiene una memoria colador como la mía. Lo importante de los principios es que de ellos dependen los finales. Por lo menos en algunos casos. El principio es a veces la única instancia en la cual hay posibilidad de arrepentimiento, de poner reversa y decidir no empezar, o no seguir. Esto suena a algo bastante trágico, a algo que diría alguien de alcohólicos anónimos, pero es cierto. Cuando uno olvida el comienzo no puede predecir el final. Y es importante predecir el final porque ahí terminamos todos, queramos o no. En caso de no querer, ahí es cuando saber estos datos se torna importante para evitarlo, para cambiarlo. Para cualquiera que quiera remediar errores es regla primera acordarse cuál fue el desencadenante, igual que para el que sufre de muchas desdichas. Por suerte existe el calendario, sino ni nuestros cumpleaños nos acordaríamos… imagínense.
Mi miedo es olvidarme de esto, de lo que estoy viviendo en el presente, porque antes tenía una excusa, era “demasiado chica para recordarlo”, pero ahora no. Ahora empieza mi vida, estoy a un paso de convertirme en alguien, todos mis esfuerzos pasados se concentran en estos años y de estos años depende mi éxito o fracaso futuros. Así que no quiero dejarme olvidarlos, quiero dejarlos tan grabados a fuego que no haya ninguna forma de que se esfumen como todo lo demás. Porque si olvido este principio no voy a saber si el final es el que deseo para mi final. Y porque los principios ayudan a superar, a inmunizarse. De pronto tengo ansias de hacer cosas, de aprender, de salir, de sentirme viva, porque así es como quiero empezar. Quiero aprender a hacer las cosas que nunca me creería capaz de hacer, quiero tocar la guitarra, manejar el photoshop, conquistar a un imposible y viajar a Inglaterra, para decir con la frente en alto: Yo empecé así. Yo me moví, yo hice, yo me ocupé de formarme un principio que me llevara a un final próspero. O sea que en mi cabeza rondan dos ideas: 1-No olvidar 2-Hacer más cosas por mí misma y mi futuro.
¿Y si no es así? Yo, aca, preocupada por el cuándo y el dónde y sin prestar atención al momento en sí, mientras se me va la vida intentando recordar cosas que después de todo son del pasado y deberían quedarse ahí. Bueno, acá definitivamente tenemos un tema para discutir.

martes, 16 de febrero de 2010

Recomendación videística

Último momento: hay un grillo en mi casa. Lo descubrió mi hermano en el comedor (al principio no le creí pero hace desde ayer a la noche que no para de cantar así que debe ser cierto). Y esto me recuerda MUCHÍSIMO a este cómico video con Mike Amigorena (L)



La pregunta del millón es: ¿Cómo vamos a sacarlo de la casa?
Porque se presentan varios inconvenientes:
1- No lo vemos, solo lo escuchamos, como esta familia loca.
2-No QUIERO encontrarlo. ¿Se entiende? jaja no se, nunca vi de cerca a un grillo :O
3-Se dice que matar a un grillo da mala suerte. No creo en esas cosas pero... además pobre grillito, ni da matarlo.

Sobre un pájaro muerto, un impostor y una nona engañadora

Let's talk about something else.

Hace un par de días descubrí una horripilante verdad intermitente casi sin querer en un conocido restaurant de "Merde" del Plata donde hay que hacer fila para comer (¿¡Pueden creerlo!?). Bueno, después me voy a tomar un rato para hablar de mis diez pesadillezcos días en la localidad merdeplatense. Siguiendo con el tema, estábamos comiendo la superpicada de Manolo (sí, eso estuvo bien... aunque esperamos una hora para conseguirla), y hablando de temas irrelevantes. En esa mesa estábamos: Romi (mi mejor amiga), Vero (mi prima), mi tia abuela Lydia y mi abuela Olga (a.k.a. nona Chocha). Los protagonistas de mi historia son: mi nona Chocha, el abuelo de Romi (Don Delio), mis pájaros de la infancia y yo. Y está íntimamente relacionado con esta entrada de mi blog:
Sobre pájaros, amigos y destino, si es que se pueden combinar esas tres cosas. Así que la primera parte de mi historia está aca, en resúmen: yo tenía dos pájaros en mi infancia, uno se escapó y se supone que el otro se lo dió mi nona al abuelo de Romi para que lo cuide. La cuestión es que ese día en Manolo mi nona me confesó que mi pájaro había sido engullido por un gato. O sea que yo fui cruelmente engañada por mi queridísima nona que me crió y representó el papel de mi madre cinco días a la semana. La cuestión es que ante su desesperación le pidió otro pájaro a Don Delio que los cazaba. O sea, reemplazaron impunemente mi mascota y ni siquiera me di cuenta. Además yo creía que tenía un lazo del destino que me unía con mi mejor amiga y es un lazo medio alterado... O tal vez no. Después de todo, fue el mismo destino quien quiso que el gato se comiera al pájaro... no cambia mucho la historia... pero fue una revelación. Luquitas, mi pájaro, en el estómago de ese maldito minino... Después creo que al impostor sí lo llevaron a la casa de Romi para que Don Delio lo cuidara, no se, no entendí esa parte de la historia porque con tantos pájaros, tantos gatos, tantas fugas y tantos abuelos se me mezcló todo.

La cuestión es esa, alpiste, perdiste. Eso fue colgado pero quedaba bien. Así que el mundo ya lo sabe: tuve en realidad 3 pájaros: Matías, Lucas y Lucas II.

Típico texto de alguien que quiere escribir algo pero no le sale nada

LALALALALALALA
Hola, reportando desde algún lugar de la tierra para olvidarse de su propia vida, aquí está... chachaaaan!
Empecé a leer El Señor De Los Anillos... y quiero leer la saga entera porque es uno de esos libros de la lista no quiero morirme sin haber leído...
En fin, voy a hablar de todo menos de lo que se me está cruzando por la cabeza en estos momentos porque me deprimo.
Releyendo lo que escribí parezco medio borracha... algún día voy a probar de emborracharme y venir a escribir al blog, tal vez salga algo interesante o tal vez quede con tal dolor de cabeza que solo salgan lamentos escritos.
¿Qué me pasa loco? ¿Dónde está mi fuente de inspiración fuera de esa fuente de inspiración que no voy a mencionar? ¡NO! Me niego rotundamente a escribir siempre de lo mismo, al menos hoy no me vas a ganar.
Estoy avanzando bastante en tocar la guitarra, ya tengo un repertorio más menos que más pero bueno... bastante bien.
Basta de hablar de mi vida.
Me hablo alguien en el msn cuyo nick e imágen para mostrar sugiere que lo desadmita YA. Pero estoy tan aburrida que voy a iniciar una charla cortante al menos durante cinco minutos. O puedo... puedo hacer una charla especialmente graciosa para ponerla en el blog... no see... Me da bronca esta gente, se la dan de... no se, capitos por tener un nick como "Hacé vida sana, fuma marihuana", vayan a leer a Shakespeare y después me hacen versitos eh eh eh eh
Y además tiene una imágen para mostrar que dice "Las pastillas del abuelo" ¡Qué original! ¿Y dónde queda Catonas? Ah, Moreno.
Menos mal que le dije Vicente López y no Martelli porque sino iba a empezar a preguntar si Martelli era una pasta dental. JAJAJAJ tiene quince años el chico... Le voy a preguntar qué hace despierto a esta hora y si su mami no lo reta. Nah. Me está cayendo bien, bah, bien para charlar a las 4:44 am sin otra ocupación... Además después de todo el fotolog del amor de mi vida era "rocanrolcabeza" o algo así... o sea... mucho no puedo criticar. Bueno, se vino la pregunta pelotuda: "¿Tenes novio?" No, obvio que no y después mi "vs?" más por cortesía que por otra cosa... y su "no..." TRES puntos suspensivos, dios mio... que predecible. Al menos prometí que no iba a hablar de mi y lo cumplí... no me digan que no es divertido escuchar críticas sobre una pobre víctima desconocida... Ahora me pidió el fotolog ¿A caso está en la prehistoria? Bueh, que se entretenga un rato ahí...
A ver ahí habla de nuevo: "ta bueno tu flog" JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ
Nonono juro que esta clase de charla es la que me da ganas de intoxicarme con raid mata cucarachas.
JAJAJAJAJA no les explico lo que es su fotolog... Micky Vainilla lo describiría como "muy barrial" JUAJUA que mala que soy, cuando me pongo así es cuando me siento muy muy muy mala persona. Cuando decís "Ojala mis familiares no se enteren de que soy así en realidad" pero sí, puedo ser así.
Upa, hay una foto donde hay un chico lindo que obviamente no es el xD
Y ahora la pregunta sobre la música... Odio no poder decir Britpop porque creen que hablo en chino. Odio no poder decir Martelli porque creen que vivo en un basurero con mis cartoneros padres JAJAJA. Bueno odio las charlas por msn con desconocidos con los que sé que no tengo de qué hablar básicamente. Así que lo resumí en "internacional" para no decir "muchas bandas que tu mediocre oído jamás apreciará". Y acá vamos otra vez con mi mala actitud inapagable. Así que me voy.

Leyendo entre líneas se puede deducir mucho más sobre... ¿Sobre qué? ¿Sobre mí? ¿Sobre la gente de Moreno? JUA. No se... cosas. Dedúzcanlas ustedes.

miércoles, 10 de febrero de 2010

I've got a feeling that tonight's gonna be a good night

Antes del texto propiamente dicho, una pequeña explicación: Deje esta plantilla porque la otra era demasiado difícil de manejar y estaba perdiendo importancia la escritura, que es lo que me importa de mi blog. El diseño… ya veremos. Estoy empezando a intentar a utilizar Photoshop (no entiendo una goma) a ver si para fin de año logro algo lindo como esto pero más parecido a mí. La tostada se queja, la tostada denuncia como mis verdades intermitentes (sí, eso fue una frase prefabricada, lo admito). Ayer escribí algo pero era demasiado pesimista y oscuro. Supongo que esto es un resumen más optimista y más útil para el lector que la catarsis por demás egocéntrica de ayer (no fue posteada).


A mi me gusta escribir de noche. Y no es un capricho estúpido como pueden pensar muchos desvelarme hasta altas horas, es una cuestión de comodidad. Me encanta estar despierta cuando los otros duermen porque siento la satisfacción de estar completamente sola. Cuando todos están en las manos de Morfeo es de mi agrado realizar extrañas actividades. Y con extrañas no me refiero a EXTRAÑAS, solo extrañas. Me gusta abrir la heladera y cenar de nuevo, comer fruta, después agarrar algo de la biblioteca y leer. No parece tan fuera de lo común pero quisiera que se encuentren a esta señorita comiendo fideos con tuco a las cinco y media de la mañana a media luz en sus cocinas… Como diría Fiona de Shrek “De noche soy una pero de día soy otra”. Claro que ella se refería a su extraña condición de ogro/princesa pero se podría aplicar a cada individuo de esta sociedad creo yo. Todos tenemos un alter-ego que sacamos a pasear cuando las luces parpadeantes de la ciudad se encienden. Hay ejemplos evidentes y no tanto. Para que el lector entienda: De día soy una feliz esposa y ama de casa, de noche engaño a mi marido utilizando técnicas de sadomasoquismo con mis cinco amantes rotativos. De día soy Tito, un treintañero que aún vive con sus padres, de noche soy Tita, un travesti que trabaja en General Paz. Si estos ejemplos resultan demasiado realistas/explícitos podríamos utilizar algunos clichés de Hollywood. De día soy Bruno Diaz, de noche soy Batman (aplíquese a Peter Parker/Hombre Araña; Clark Kent/Superman); de día soy la pobre cenicienta fregadora y maltratada y de noche la princesa misteriosa que pierde el zapato conquistando al príncipe. Bueno, pienso que todos funcionamos así, al menos yo funciono así, mejor dicho mi mente. Y creo que otra razón por la cual amo dormirme tarde es porque vivo cada noche como si al otro día no me fuera a despertar. Es una visión bastante pesimista pero supongo que en mi inconsciente (más bien preconsciente) lo veo así. Esta es la última noche, reflexionemos. Eso es la noche, un pedido a la reflexión, como es la lluvia, como son los viajes largos en transporte público. Muchas historias vienen de noche y se van con el día. El día es la cordura, el día nos lanza una cachetada y nos reprocha nuestros pensamientos diurnos, nos censura. Así que, antes de que se haga de día, voy a publicar esto, o, casualmente, nunca verá la luz.

Descubro que me influencia Capusotto cuando escribo. Debo estar mirando demasiados videos suyos en youtube.
 
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