No se si me pasa a mi sola pero la mayoría de las veces me cuesta acordarme de cuando exactamente empezaron las cosas. Nunca tuve un diario íntimo o algo así, solo mi blog o fotolog y hace un par de años que los tengo nada más. Pero no tengo registros de días importantes en mi vida. No me acuerdo cuando fue que empecé a ver con otros ojos al chico que inspira todas estas cosas que escribo aunque me acuerdo flashes de momentos anteriores o posteriores. No podría decir en qué fecha exacta vi Somewhere Only We Know ni en qué canal… o sea, no sé que día conocí a Keane, mi primer banda preferida. Ni cuándo empecé a leer Harry Potter y el prisionero de Azkaban (fecha importante ya que lo considero el primer libro que leí), ni cuál fue la primera película que fui a ver al cine. Y esas cosas se van perdiendo y más si se tiene una memoria colador como la mía. Lo importante de los principios es que de ellos dependen los finales. Por lo menos en algunos casos. El principio es a veces la única instancia en la cual hay posibilidad de arrepentimiento, de poner reversa y decidir no empezar, o no seguir. Esto suena a algo bastante trágico, a algo que diría alguien de alcohólicos anónimos, pero es cierto. Cuando uno olvida el comienzo no puede predecir el final. Y es importante predecir el final porque ahí terminamos todos, queramos o no. En caso de no querer, ahí es cuando saber estos datos se torna importante para evitarlo, para cambiarlo. Para cualquiera que quiera remediar errores es regla primera acordarse cuál fue el desencadenante, igual que para el que sufre de muchas desdichas. Por suerte existe el calendario, sino ni nuestros cumpleaños nos acordaríamos… imagínense.
Mi miedo es olvidarme de esto, de lo que estoy viviendo en el presente, porque antes tenía una excusa, era “demasiado chica para recordarlo”, pero ahora no. Ahora empieza mi vida, estoy a un paso de convertirme en alguien, todos mis esfuerzos pasados se concentran en estos años y de estos años depende mi éxito o fracaso futuros. Así que no quiero dejarme olvidarlos, quiero dejarlos tan grabados a fuego que no haya ninguna forma de que se esfumen como todo lo demás. Porque si olvido este principio no voy a saber si el final es el que deseo para mi final. Y porque los principios ayudan a superar, a inmunizarse. De pronto tengo ansias de hacer cosas, de aprender, de salir, de sentirme viva, porque así es como quiero empezar. Quiero aprender a hacer las cosas que nunca me creería capaz de hacer, quiero tocar la guitarra, manejar el photoshop, conquistar a un imposible y viajar a Inglaterra, para decir con la frente en alto: Yo empecé así. Yo me moví, yo hice, yo me ocupé de formarme un principio que me llevara a un final próspero. O sea que en mi cabeza rondan dos ideas: 1-No olvidar 2-Hacer más cosas por mí misma y mi futuro.
¿Y si no es así? Yo, aca, preocupada por el cuándo y el dónde y sin prestar atención al momento en sí, mientras se me va la vida intentando recordar cosas que después de todo son del pasado y deberían quedarse ahí. Bueno, acá definitivamente tenemos un tema para discutir.
Estas cosas y el tiempo
Hace 6 años
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