Quisiera ser chiquita para que mi única preocupación fuese escapar de los brazos de mi madre a la hora del baño, y correr y correr y correr alrededor de la mesa y esconderme abajo, haciéndome bolita, o atrás de las cortinas, haciéndome flaquita. Ahora el decoro o la reputación hacen que ponerse dos días la misma remera sea un atrevimiento. Me gustaría volver a aquellos tiempos donde un corazón roto sólo existía en un terreno gráfico y significaba dos curvas que se unían y en el medio una raya zig zag. Poner la fecha con el clima: "El día está soleado" y dibujar un solcito con lentes de sol, una sombrilla y un trago largo encima de una mesa. Armar la casita de las Barbies alrededor de mi cuarto usando todo el espacio disponible. Anhelo la época en la cual tenía un porvenir interesante, donde era pura promesa, entero devenir. Las peleas eran mortales y duraban un día, dos dedos que se separaban y una expresión. No existían necesidades imperiosas ni compromisos impostergables. Estaba libre de mi misma, libre de cualquier regla ortográfica. Podía decir "ojala que esto no se terminó nunca". Todo era ocurrencia, gesto simpático.

"Hay cosas que no deberían cambiar, cosas que uno debería poder meter en una de esas vitrinas de cristal y dejarlas allí tranquilas. Se que es imposible, pero es una pena."   

-Justo me estaba acordando... ¿Sabes qué fecha es hoy?

-Por supuesto... hoy es seis ¿O me equivoco?

-Sí, es seis...

-Sí, hoy a la mañana me estaba acordando... ¡Qué loco! ¿No?

-Posta... todas las cosas que se dicen...

-...todo en un impulso... ¿Cuántas cosas prometimos?

-¡Puf! Miles... ni aunque intentara enumerarlas podría acordarme de todas

-Y bueno, cuando uno está enamorado...

-¿Realmente estábamos enamorados?

-Y no se, yo creo que... No, definitivamente no.

-Me pareció... por un momento parecía la verdad absoluta... pero cuanta ingenuidad...

-¡Cuánta! Y pensar que hace cinco años hubiera jurado que quería pasar el resto de mi vida con vos... ¡El resto de mi vida! ¿Sabes cuánto tiempo es eso?

-Mucho, mucho tiempo... y con la misma persona... qué sandez...

-Una completa estupidez... igual a veces me acuerdo...

-Sí, yo también, en especial los días como hoy o en tu cumpleaños...

-Te entiendo... A veces me gustaría saber si seguís poniendo cara de poker cuando te cantan el feliz cumpleaños. Se que no es un conocimiento necesario pero juraría que necesito saberlo el día de tu cumpleaños en particular.

-Por supuesto que pongo cara de poker, sabes que odio que me canten el cumpleaños...

-Pensé que habías cambiado algo...

-Hay cosas que nunca cambian...

-Puede que tengas razón. Y también me quita el sueño a veces...

-¿Qué cosa te quita el sueño?

-Saber... cosas...

-¿Cosas como cuáles?

-No se, cosas... cosas como por ejemplo si seguís comiendo cereales con leche en un bowl de perro

-¡Vos decías que era de perro!

-Claramente es de perro. O si seguís teniendo ese buzo...

-¿Qué buzo?

-El buzo, el que me gustaba a mi, el de Los Piojos

-¿Por qué habría de tirar el buzo de Los Piojos?

-Qué se yo, estaba medio apolillado... ¿Y vos?

-¿Yo?

-Digo, ¿No te haces preguntas sobre mi?

-No se, depende...

-Ah.

-Cuando estoy muy aburrido me gusta acordarme igual... de todo... bah, todo lo que puedo

-Sí, yo también tengo esas regresiones a veces... generalmente me pregunto si algo de lo que imaginamos era potencialmente realizable o fue todo una farsa

-Éramos bastante volados... creo que nunca pensamos que realmente íbamos a cumplir esas "predicciones"... No me digas que realmente fantaseaste con viajar por el mundo...

-No, es evidente que lo del viaje era irrealizable. Pero me refiero a otros planes que teníamos... ¿Qué paso con el departamento en Parque Chacabuco?

-Vos no terminabas la primer década y yo estaba al principio de la segunda... creo que era pura parafernalia...

-¿Incluso lo de Pancho?

-¿Qué pancho?

-¿¡Cómo que qué pancho!? Tanto jodías con tener un perro salchicha... con lo que yo los odiab... ¡Los odio!

-Ahhhh Paaancho... Sí, eso tampoco iba demasiado en serio...

-No pensé que eras capaz de bromear con nuestro perro salchicha...

-¡No existe tal perro salchicha!

-¡No hables así! Pobre perro che...

-No puedo creer que te hayas creído lo del perro salchicha... Hay que ser...

-¡Pero vos me dijiste que...! Me iban a pasar a buscar a la facu vos y el perro...

-¿Taaanto llegamos a flashearla?

-Uh, no importa, no entendes nada...

-Igual nos divertimos juntos... Bah, al menos yo la pasaba bien...

-Sí, yo también... siento que era una persona más divertida cuando estaba con vos

-Puede ser... pero igual a veces te ponías pesada...

-¡Ey! ¿En qué momento?

-Cuando me pegabas en la ropa los papeles que había en las cabinas telefónicas con los teléfonos de los bulos...

-Eso era genial, adoraba hacerlo... tenes que admitir que era hilarante

-Callaate, ¡Era insoportable!

-Era gracioso... y cuando me enojaba me iba corriendo y me tenías que perseguir por la calle y después me metía en las bocas de subte y vos corrías escaleras abajo... me atrapabas y se me pasaba un poco el enojo

-Siempre te enojabas por nada, te creabas tu enojo sola...

-Mentira, vos hablabas mal de los judíos y me hacías enojar

-¡Era una broma! Lo que pasa es que vos sos un poquito exagerada... ¿Te acordas de ese día que te pusiste a llorar?

-Eso fue porque estaba sensible... vos porque sos más duro que un adoquín

-¡Te pusiste a llorar! Porque hice un comentario sobre "El pianista"

-Ya ni me acuerdo, pero fue un comentario horrible...

-Cuando llorabas era lo peor, y cada vez pasaba más seguido...

-¿Será por eso que te aburriste de mi?

-Será por eso...

A veces cuando escribo pienso en autocensurarme...

...porque interiormente me digo: él lo puede llegar a leer, en cuyo caso puede fácilmente intuir que no superé que lo nuestro haya terminado...

...pero entonces me acuerdo de que (en el hipotético caso de que él esté leyendo esto)...

...sólo significaría que él tampoco lo superó.

Entonces escribo lo que se me da la gana.