miércoles, 8 de julio de 2009

5 minutos de reflexión

Things will seem much better in the morning light, Love will be much easier to own. Things will look much better in the pale sunlight. We can be together like before.

Las cosas se verán mucho mejor en la mañana
Será más fácil adueñarse del amor
Las cosas parecerán mejores en la pálida luz del sol
Podremos estar juntos como antes

Y aunque concuerdo en parte con esta afirmación, también estoy en pleno desacuerdo con ella. Porque sí, de noche todo parece peor, más oscuro, más misterioso, imposible de solucionar. Los miedos atacan y las cosas son inseguras. Lo que se vivió durante el día parece una ensoñación, todo queda atrás… excepto el desafío de comenzar de nuevo. Las cosas se ven mucho mejor en la mañana, en la pálida luz del sol, pero… Pero, pero, pero. ¿No es de noche acaso cuando nos hacemos esas preguntas? Sí, esas preguntas, no se hagan los desentendidos, esas preguntas. Las preguntas existenciales de cualquier ser humano no suelen ser diurnas, rodeados de gente que nos habla, o llenos de diversión que nos entretiene, suelen, deben ser después de la medianoche cuando la televisión es nuestra única amiga con sus bizarras películas mientras escuchamos el sonido de la máquina de café. Es en ese desvelo en el cuál miramos el cielo raso en la oscuridad total de nuestra habitación cuando nos preguntamos sobre el futuro, qué va a ser de nosotros. Y todo se nos viene encima, sí, pero todo parece tan claro… hacemos promesas posteriormente incumplidas, sabiendo concientemente que va a suceder así, pero igual las hacemos porque de noche las necesitamos. Necesitamos promesas, preguntas, pero más que nada respuestas. Respuestas que de alguna manera la luna y las estrellas nos revelan, siempre esperando nuestra ansia de más. En cuanto el sol aparece y vemos nuestras ojeras y rostros pálidos y moribundos descalificamos estas respuestas, sentimos que estuvimos al borde de la locura. En realidad sabemos que doce horas más tarde volverá el momento en que todo parezca tan claro y la vida se resuma a este escrito y a una taza de café.

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