lunes, 14 de diciembre de 2009

Simple Things...

Me puse a pensar en las cosas simples de la vida, los helados de valentino, las comedias románticas, la siesta en una casa de vacaciones, los jeans manchados de pasto en las rodillas, los artistas del subte, las cámaras instantáneas viejas, una colección de monedas, el ruido de los pochoclos cuando la gente los muerde… esas cosas que son lo más parecido a la felicidad absoluta, los únicos momentos rescatables de la sopa de recuerdos inútiles que guardamos por compromiso. Pero esos momentos son malogrados por la publicidad, las películas, los escritores y nosotros mismos. Porque se supone que de las cosas simples de la vida uno no se da cuenta hasta el final, y porque las cosas simples son esas que nadie puede distinguir ya que son personales, particulares… se supone. ¡No quieran quitármelos para venderme una gaseosa o una historia como yo se los estoy quitando ahora! ¿Quién inventó los clichés?

Propaganda que remarca las cosas simples de la vida: (a propósito, la adoro, la canción y el concepto de la publicidad)





Hablando de clichés y de publicidad y de películas y de y de y de (me colgué, perdón). En fin, decía, hablando de todo eso que ya mencioné: ¿Se dieron cuenta (a usted, señora, señor, lector anónimo) que las propagandas, la moda, todo lo que sea comercial, comenzó a resaltar los defectos de las personas como algo "positivo" y "original"? Bueno, ¡Enterensé! gracias a ellos nuestros propios defectos se transformaron en otro cliché. Y además... en un futuro no muy lejano la idea de "defectuoso" va a estar tan quemada que van a tener que volver a "perfeccionista"... solo que ahora ser un deforme o un perturbado mental no va a ser nada del otro mundo porque fue usado para tal film, tal canción y muchos otros "tales". Y no solo eso, yo predigo que en la historia de la humanidad vamos a encontrarnos con un círculo vicioso. Siempre se va a volver al deforme cuando el perfecto canse, pero solo por un rato, cuando se aburran de nosotros, seres humanos ordinarios, van a volver a la idea del superhombre que NUNCA EXISTIÓ NI LO HARÁ. ¡Dejen de querer de venderme cosas, EN SERIO, porque no las voy a comprar!

Ejemplo número 2 de mi teoría: (lo peor es que esta publicidad me gusta también):




Conclusión de todo esto: a pesar de todo... amo los clichés, amamos los clichés... y eso es lo peor, lo contradictorio.

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