Esperaba tener lágrimas, lágrimas para llorarte; esperaba tener palabras, palabras de despedida. Pero te fuiste en silencio y en silencio me dejaste. El silencio es falta pero llena más que cualquier condolencia, el silencio es vacío pero colma mi corazón. Te fuiste un día feo, un día triste te fuiste, y no me lo esperaba. Uno nunca espera la soledad de una habitación. Y quisiera escribir un poema sobre tus virtudes, un réquiem lorqueano, una exaltación del dolor. Lo pensé incontables veces en estos últimos meses, pero hoy me robaste las palabras, hoy me veo inclinada a hablar del silencio y del vacío y de la espera. Tal vez porque hace rato que te fuiste, porque tenías un pie allá y otro acá. Tal vez porque hace rato que te estoy extrañando.
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