Escribiría algo pero tengo demasiado miedo. Vi una cucaracha de tamaño descomunal y no logré matarla, se dio a la fuga, desapareció. Se que está esperando que me distraiga para salir con su cuerpo asqueroso y sus patas movedizas y posarse sobre mi escritorio para asustarme. Prefiero al cuco, a un asesino serial, a Freddie Krugger, a la parca... cualquier cosa excepto esa cucaracha. Mi pesar aumenta porque mi primo, la única persona con la cual estaba hablando por messenger, se fue a jugar y me dejó sola en esta inmensidad que es mi habitación con la señora superviviente a la guerra nuclear. No puedo dormir así, así no puedo vivir... necesito un fumigador o un psicólogo. Ya empieza la sensación de cosquilleo en todo el cuerpo, la acción persecutoria de darme golpes en la espalda ante la menor sensación de ataque, las miradas furtivas alrededor, la activación del sensor de movimiento, cualquier sombra puede ser. Si apago la luz va a salir a explorar, va a creer que mi nariz es una montaña, que mis pestañas son dos funcionales cepillos, que mi oreja es un laberinto... y yo dormida, y yo inconsciente tragándome la cucaracha como en "Circe", creyendo estar en una pesadilla... no puedo apagar la luz y si no apago la luz no duermo y si no duermo leo pero para leer tengo que mover el libro de lugar y si muevo algo de lugar puede que salga y si sale... ¿¡Y si sale!? La mato con la ojota.
Las líneas de Nazca/ Diario #1
Hace 7 años
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