lunes, 5 de marzo de 2012

Torn

La impotencia aparece cuando haces las cosas bien pero sale todo mal. Y ahí te vas insertando lentamente en un círculo de incredulidad ineludible. Llegas a entender a Maquiavelo, que decía que era preferible ser temido a ser amado. Es cierto, sin duda... en 1984 los individuos se movían en una lógica parecida. El partido no perdía porque sofocaba cualquier intento de rebelión desde la raíz. Bastaba con hacerle creer al potencial revolucionario que tenía probabilidades contra la Ingsoc para después pisotearle cualquier esperanza y transformar su cerebro en un simple dispositivo de contención de ideología. Máquinas, no humanos. Y en el amor es igual, basta con un poco de mano dura. Con hacerle creer al otro que tiene una vida mientras se la vas arrebatando lentamente y le llenas el cerebro con tus propios intereses egoístas. Funciona a base de celos y reproches, es la única manera de que el hombre se sienta atraído y esté dispuesto a entregarlo todo. Como todo régimen autoritario, no dura si es llevado hasta el extremo, pero funciona mientras la correa esté más o menos ajustada. No sirve la comprensión, no sirven las lágrimas ni el sacrificio personal, no hay piedad si no hubo castigo en una primera instancia. No sirve la fe en el otro, el apoyo incondicional ni ninguna de esas recetas caseras para conquistar a tu pareja. Lo único que hay que hacer es hacer constantes planteos y, básicamente, actuar como una lunática para llamar un poco la atención. Ninguna relación que contenga al menos uno de sus factores con todas sus facultades mentales intactas termina bien (o al menos si tomamos bien como duradera a largo plazo). Si hay algo que aprendí es que hay que ser una completa idiota para tener novio, hay que insertarse en un estado de histeria y celos permanente para cautivar a un hombre. Eso le funciono a la anterior, al menos. Y la verdad las buenas intenciones te las agradezco, pero preferiría que te guardes tu discursito de "te deseo lo mejor" para otra persona que se lo crea. No, a esta altura no pretendo sinceridad (ni nada), pero al menos un poco de entereza de tu parte, una pizca de reconocimiento, de decir: loco, está mina se la jugo, se merece algo, un caramelo lipo. Que se yo, digo ¿No? Porque aca hay alguien que necesita que le paguen la terapia después de tantas idas y vueltas. No, definitivamente es mucho pedir, es mucho pedir. Y yo me rindo, con vos y con todos.

No hay comentarios:

 
template by suckmylolly.com