sábado, 1 de enero de 2011

La frase más trillada es "se va un año". Wow... qué año... 2011 dudo que puedas superar al 2010 en cualquier sentido. Para mi el 2010 fue el año en el que empecé a vivir. Aprendí todo lo que no me permití aprender en mi vida. Y la pasé genial. Y tuve mis malos momentos pero, en retrospectiva, la pasé genial. El 1/1/2010 lo único que pude decir fue "no se lo que quiero". Hoy digo: no me importa saber lo que quiero. Porque así es mejor, así te pasan cosas. Estar buscando constantemente es perder el tiempo. 2010, el cierre de tantas cosas y la apertura de tantas otras. Académicamente hablando, sentimentalmente hablando... Quizá no parezco cambiada, no parece que esté lista para tomar las decisiones que me depara el ajetreo diario, pero para mi sí evolucioné (al fin). Obviamente hay rasgos de mi personalidad con las que me cuesta muchísimo lidiar, y así como perdí manías gané defectos o se intensificaron, pero noto un cambio y eso me motiva a seguir. A pesar de todo, mi balance es cien por ciento positivo. Desde Gesell, Bariloche y Pacha hasta mis confesiones, decepciones y errores garrafales (los tuve). Realmente al menos hoy puedo decir que no tengo expectativas para el año. Soy, como diría Hume, una hoja en blanco que no espera nada, que se llena sin pensarlo, sin consentimiento, sin conciencia.

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