miércoles, 31 de marzo de 2010

biZArrE

Estaba pensando en lo importante que es el contexto en una ficción teatral y lo cómico que sería adaptar hechos de dichas ficciones a la realidad. Cómo los elementos que encontramos en cualquier tragedia transformarían la realidad en una sátira. A continuación diversos ejemplos que toman hechos del estilo de Shakespeare, Muerte de un viajante, La casa de Bernarda Alba, Don quijote de la mancha y Fuenteovejuna


  • Un hombre va por la calle, unos ladrones le roban el Nokia 5800 y le pegan un tiro en el pecho. El hombre cae en la acera y segundos antes de dar su último respiro exclama: ¡Muerto soy! Me imagino que de repente se le ponen los ojos en forma de cruz como cuando mueren los pokemon o que se escucha de fondo la musiquita del pacman que se reproduce cuando perdes una vida.

  • Hablando de musiquitas, imagínense qué pasaría si de vez en cuando escucháramos “…una melodía interpretada en una flauta. Es tenue y delicada, y evoca hierba, árboles y el horizonte.” Todos nos consideraríamos dementes sin remedio.

  • O una Adela moderna con un vestido verde manzana corriendo palomas en Plaza de Mayo al grito de ¡Mírenme gallinas!

  • Si quieren una versión masculina, un tipo en medio del campo intentando destrozar un molino de viento. Ahora que todo es propiedad privada probablemente el dueño de las tierras largaría a los perros.

  • Qué tal un complot organizado por los vecinos de Caballito contra Macri por hacerles pagar impuestos por la estación de subte de Puan. Uno de ellos lo mataría y luego todos se harían cargo: ¡CABALLITO LO HIZO! (no, no fue Menem).

Y eso es todo por hoy, algo bastante vulgar si se quiere o poco argumentado pero tengo sueño y al mismo tiempo tenía que escribirlo antes de que se me olvidara.

jueves, 25 de marzo de 2010

Hace dos semanas que mi hija no viene a dormir a casa. Se fue el martes al colegio y no volvió. En realidad no sé si pasó por casa porque yo vuelvo tarde de trabajar. Soy médica y trabajo en el hospital de San Isidro. Ese día igual estaba en otro consultorio en el que atiendo una vez por semana, los martes. La veía un poco triste últimamente, bastante deprimida diría yo, creo que, por lo que me dijeron sus amigas más cercanas, estaba en ese estado porque hace poco desapareció un chico del centro de estudiantes que le gustaba. Posteriormente me enteré por su propia boca que una compañera suya también desapareció, creo que su madre también vino a hacer la denuncia pero por lo que me dijo no funcionó para nada… también me contó que se quemó “accidentalmente” la biblioteca del colegio al que va, el Lenguas Vivas, el que está en la esquina de Juncal y Salguero… no solo eso, se quedaron sin bibliotecaria y sin profesora de literatura… dos más que se esfumaron sin dejar rastros. Y ella le tenía cariño a su profesora, así que imaginesé lo preocupada que estaba. Yo le ofrecí que deje de ir al colegio, de hecho casi la obligo, pero se negaba reticentemente. Llamé por teléfono a todas las amigas que tenía en su agenda. Ellas no saben nada más, están faltando al colegio y me responden con evasivas. No las culpo, con estos tiempos que corren es mejor que nadie se entere de con quién nos relacionamos… Pero yo estoy desesperada… entro a su cuarto y veo sus posters de Harry Potter, su inestable pila de libros intacta, la cama hecha, su ropa que todavía conserva su olor... Estoy segura de que la secuestraron porque no se llevó nada y además ella sería incapaz de escaparse… Ella no estaba en nada raro, no militaba, no iba a las marchas… ¿Y si lo hacía acaso eso es grave? ¿A caso es una delincuente por eso? ¿No tiene ninguna información? ¿No puede ponerla en algún motor de búsqueda? ¡ESCUCHEME! ¿Se cree que soy idiota? Estoy viendo como le hace señas a su secretaria ¿Va a encontrar a mi hija o no? Tome nota en ese block de hojas inútil que tiene ahí que mi hija se llama Sofía Bogarín.

You're so nice and you're so smart... You're such a good friend I'll have to break your heart u.u

A decir verdad estoy “un poquito confundida”. Porque tengo ganas de verte, hace mucho que no te veo personalmente, y te extraño. Sos muy importante para mí, como que nuestra relación pasó los límites de una simple amistad y sin embargo no es más que eso. Pero sos vos con el que hablo horas y horas seguidas, con el que me río tanto, con el que la paso tan bien. Y por otro lado tengo miedo. Miedo de que pase algo y se cague todo de nuevo. Si solo pudiera controlar eso, si pasara algo pero eso quedara en nada… ¿Por qué a mi esas cosas no me pasan? No quiero estar con nadie ahora ni en un futuro inmediato, no quiero estar con vos de esa forma; pero quiero cerrar lo que paso hace tanto tiempo y quedó archivado. O no se, hacer algo con eso. Pero si pasa algo va a ser peor. Y va a ser raro que no pase nada. No se, basta. No debería estar pensando en esto porque demuestra que me hago demasiado problema por una "boludez"... que las cosas fluyan solas. Te quiero dar un abrazo, nada más. Ojala quede todo ahí… por favor, dejemos todo ahí. ¿Por qué tenes que ser tan tierno, divertido, buena onda? ¿Por qué tenes que ser tan buen amigo?

lunes, 1 de marzo de 2010

Sobre piropos y piroperos (Parte I)

Estuve pensando en un top fourteen de piroperos asquerosos que sería más o menos así:

1-Camioneros


2-Albañiles


3-Mayores de 60 años


4-Mayores de 60 años con alguna conexión con tu familia


5-Colectiveros


6-Verduleros


7-Pendeviejos amigos de tu padre


8-Mendigos/Borrachos


9-Ciclistas (sí, me ha pasado)


10-Mayores de treinta con auto pedorro


11-Mayores de treinta con Ferrari o un 0 km excluyendo a Mike Amigorena


12-Cualquier persona que trabaje en tu casa temporariamente (veasé: jardinero, service del lavarropas/cualquierotroelectrodoméstico, pintor, cerrajero, delivery, plomero; suponiendo que todos tienen más de 35 años).


13-Cualquier persona que escuche cumbia villera diariamente fuera del boliche, tenga corte taza o se tiña de rubio oxigenado

14-Profesores de cualquier índole (especialmente Acuña o Moyano, para entendidos...

15-Ricardo Fort/Zulma Lobato

Notas:

  • A partir del 14 se empieza a desvirtuar el tema, por lo cual decidí dejarlo en 14.
  • Los lectores pueden colaborar con más ejemplos.
  • El orden de los factores no altera el producto (o sea, el 14 es tan asqueroso como el 1)

viernes, 26 de febrero de 2010

Había una vez un cuento controversial...

SI VAN A LEER LEAN HASTA EL FINAL.

Las puertas se cerraron tras el ruido de la chicharra. Entró una mujer común y corriente, tenía una falda negra que le llegaba hasta las rodillas, unos zapatos cerrados con considerable taco y una camisa blanca cuyos primeros dos botones estaban desabrochados. En su pelo llevaba un broche con arabescos de metal. Estaba hablando por celular y se sentó a mi lado. Por alguna razón su presencia me asqueaba un poco, ese maquillaje de secretaria, esas uñas pintadas de rojo. Sí, yo tenía esa manía de fijarme demasiado en los demás, especialmente en las personas de mi mismo sexo. Cuando se presentaba la ocasión las criticaba, las descalificaba. Si hubiese estado acompañada esa mujer se habría llevado todos mis comentarios.
Cuando comencé a escuchar su conversación tuve que contener la expresión de mis facciones. “Te amo, hermosa”, decía al tiempo que enrollaba uno de sus rulos en el dedo índice de la mano derecha. Las lesbianas eran la peor lacra social, no podía entender cómo una mujer puede ser tan maleducada. Toda mi familia, pensé, me había inculcado valores intachables que esa pobrecilla no tuvo. Me daba pena y compasión que estuviera tan enferma, peor que quien tiene cáncer o SIDA. Todas las mujeres de mi familia se habían casado muy jóvenes y se habían dedicado plenamente a sus maridos, desde mi abuela, pasando por mi madre y, finalmente, mi tía. ¿Qué diría ella si hubiese presenciado esta escena? Seguramente se indignaría tanto como yo y se bajaría enseguida del subte. Pero yo no podía, tenía que llegar temprano a casa.
Sin embargo, no podía compararse a esta muchacha, perdida e inferior, con mi madre y mi tía, quienes habían tenido la mejor educación, habían salido de una familia de renombre, no debían luchar diariamente para llevar el pan a sus casa porque tenían a sus maridos…
Me levanté del asiento y me puse frente a la puerta. Sentía que la muchacha me seguía con la mirada pero debe haber notado mi desagrado por lo cual se detuvo. Creí que estaba a salvo ya, que podría seguir adelante y olvidarlo. Pero, tan de repente como se había sentado, se levantó del asiento y se posicionó a mi lado.
La miré a los ojos, que no denotaban hostilidad alguna, yo quise contrarrestar ese efecto alejándome lo más posible, evitando cualquier tipo de contacto. Le dirigí una mirada despectiva, casi de rabia, que solo causó sorpresa en ella.
Por fin se abrieron las puertas. Esperé a que ella saliera primero, casualmente salía por la misma escalera que yo. Dobló por el pasaje en donde me tenía que tomar el colectivo. Yo estaba tan distraída que no vi a mi tía, quien me sonreía y abría sus brazos ante mí. Al verla olvidé esa estúpida obsesión y estaba a punto de devolverle el saludo levantando la mano. Pero ella no me sonreía a mí, no, no me esperaba a mí. Tardé unos segundos en reaccionar mientras esa desconocida, la del subte, besaba a mi tía, y cuando lo hice supe que todo mi mundo se había derrumbado, que esa imagen jamás abandonaría mi mente.




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Este cuento lo escribí para una materia del colegio que se llama “Producción del Mensaje”. Creo que espanté a la profesora, espero que no pase lo mismo (si es que todavía tengo algún lector por ahí) con quien lea este blog. La protagonista no se parece en nada a mí, es solo un personaje. No está basado en una historia real, no le pasó a un amigo de un amigo, es pura ficción. Igualmente modifiqué algunas partes para que quedara más clara la "moraleja". No se, quería poner algo diferente, algo que no fuese catarsis y algo que no fuese cursi. Algo real, algo que vemos todos los días, una verdad intermitente.

Válido hasta el momento en que lo publique (por ahora)

No debería forzarme a hacer esto. A mantener una conversación imposible de prolongar. ¿Qué sentido tiene? Carece de absoluta autenticidad. No se si este es el verdadero desengaño, seguramente mañana vuelvo a la carga a ser la misma negadora de siempre. Pero hoy, al menos en este instante, quiero otra cosa para mí. Quiero justamente, algo para mi… algo real para mi, “la verdadera felicidad es la felicidad real”. Sí, tal vez sí me ayudaste cada vez que tuve un dilema, porque después de todo dijiste esas cosas tal vez así nomás, tal vez sin prestar atención, pero a mí me marcaron. Y así como me marcaron condenándome a enamorarme de vos, puede, espero, que esas palabras grabadas a fuego me ayuden a salir adelante y madurar, y olvidarme de vos y de todos los otros a los cuales ponga en un pedestal por nada. Y no solo eso, sino poder aceptar realmente qué está bueno para mí, aprovecharlo, no dejarlo ir. Hoy es eso. Mañana será otro día, el diez de marzo será otro día. Pero hoy es eso.

martes, 23 de febrero de 2010

Cambios que nunca se produjeron

Sólo escribí una historia sobre él, una historia con dos finales, pero los dos iguales. No es posible que el desenlace de esa historia sea diferente, ni siquiera en la ficción. El problema es que yo nunca me dejo llevar por la ficción, al menos no a tal grado. La esperanza en la realidad hace rato que se me acabó, pero en la ficción… en la ficción esperaba poder armar yo los hechos, ni siquiera me dio esa satisfacción. ¿Qué satisfacciones nos dan los creadores de anécdotas con finales infelices o sin principios prometedores? Lo único que se cumplió de todos modos es mi perseverancia infinita, ya que lo escribí hace unos tres años pensando en esta época, y ya llegué a la época, todos mis personajes cambiaron sus objetivos de vida, esos deseos del pasado parecen casi ridículos pero los míos… los míos siguen inútilmente en pie. Es casi injusto que no pueda reírme de mi ilusión infantil porque la sigo teniendo. Cambiaron los amigos, los códigos, las relaciones, pero eso aún no cambió. Ojala algún día suceda. Estoy esperando, impacientándome a cada momento, el día que me vea al espejo y pueda decir que eso definitivamente quedó en el pasado, el día que la hoja vuelva a estar en blanco y pueda volver a empezar a escribir, pero esta vez será sólo mi historia.




 
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