jueves, 29 de octubre de 2009

I'm sorry that I let you go. I let you down, I let you down my dear.

Fue allá por diciembre del 2008, enero del 2009. No pasó tanto tiempo pero podemos decir que ya es recuerdo. Tardes al aire libre, fuera de los vicios de internet y la televisión. Veíamos pescados muertos, perros muertos, gatos muertos... en fin, cosas muertas por donde pisábamos. Pero lo nuestro no estaba muerto. Fueron ¿Cuántas maravillosas tardes? ¿Tres o cuatro? Cinco. Digamos cinco. Ese lapso en el cual creía tener algo claro. Pero eran vacaciones y estaba soñando. Y fue un sueño muy ameno, muy... qué se yo. Nunca dormí mejor que en esa época de mi vida. Nunca mis miedos internos estuvieron más apaciguados. Tantas tardes en las que empezaba a creer, pero yo sola terminé con mi fé. Era agradable pensar que estaba en la mente de alguien, era casi utópico confiar en que alguien iba a sacarme de mi pozo de miseria nihilista, en realidad sin razón y auto-provocada. Te tenía y al fin tenía algo que quería. No que QUERÍA, pero que quería. Y eso me hizo sentir bien, y dejé de pensar en personas y en cosas y en rollos de mi histeria. Pero como siempre algo se tuvo que meter, un palo en la rueda. Y pasó el tiempo y dejamos de hablar y, me da bronca, pero eso me alivió. Me alivió saber que iba a poder seguir quejándome, que iba a seguir persiguiendo sueños insensatos, imposibles de alcanzar. Igualmente no entiendo. No entiendo cómo pude perder así nomás a alguien que me escuchaba, me quería, me entendía. No entiendo como sigo justificando eso. Odio ser tan perfeccionista, odio no extrañarte, odio no poder decir que me jugué por vos. Odio ser tan abandónica, tan negadora... dejar atrás cualquier cosa que me resulte incómoda solo por el miedo a crecer. Sólo se que cuando me dé cuenta va a ser demasiado tarde y que, si te tuviera, lo arruinaría otra vez. Pero conocerte valió la pena, fue como esa típica película yankie, exactamente así. La protagonista va a una fiesta en donde no conoce a nadie y se siente toda la noche un poco incómoda. Ficha a alguien con la mirada, es un segundo, apenas empieza la película y hay pocos invitados. Finalmente logra entablar conversación con todos y entre ellos está ese alguien. Y después hablan hamacándose a la luz de las estrellas. Sonaba romántico y perfecto. Es estúpido pero cuando empezamos a salir me figuraba el "principio" de la "película" y me gustaba. Me gustaba para contárselo a mis amigos después de 10 años de casados, qué se yo, tomando una taza de café en el comedor de casa. Mirá las estupideces que digo.

2 comentarios:

chaly vera dijo...

Esa es la cantaleta de las mujeres uno habla un minuto con ellas y ellas ya estan pensando en el matrimonio y los hijos y la hipoteca y uno inocente por ser galante y gentil. Por eso yo, cuando veo a una que parece que esta sola ni me aparezco por ahi, prefiere la moza rodeada de cromañones con ganas de comersela.
un beso

Soff dijo...

jajajaja todos prefieren a esa. ¡Y está perfecto! Y mientras la mujer piensa en el matrimonio, aunque el tipo intenta ser galante y gentil está pensando cada minuto en como llevársela a la cama. Es patético que sea esto el estereotipo de conversación de dos personas del sexo opuesto.

 
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