sábado, 4 de diciembre de 2010

El tesoro de la amistad

Tres diálogos en la vida de dos mujeres

Dos amigas. Una es modosita, bien vestida y bastante frívola. La otra intenta ser algo más que una rebelde sin causa y sin dinero. La primera utiliza el apellido de su marido. La segunda prefiere que la llamen por su nombre de soltera. La primera se va de vacaciones a Punta. La segunda prefiere algo bien gasolerito como un camping de Chascomús.


Desde la más tierna infancia habían firmado un pacto tácito entre ellas. Siempre lo habían considerado más que nada un juego inocente, una vulgar manera de descargar tensiones. Consistía en tener un mínimo conflicto, una pequeña pelea por día, mes o semana. A veces la frecuencia aumentaba debido a las altas temperaturas y la presión atmosférica, pero nunca se les iban de las manos. Una de ellas generalmente tenía un objeto que la otra quería (probablemente comida). Empezaban más o menos así…

-¿Me das una?

-No… es mi desayuno y si no como me desmayo

-Pero son gomitas mogul, ¿Cómo podes considerar ese tu desayuno?

-Bueno nena por lo menos tengo desayuno, si sos tan viva ¿Por qué mejor no vas y te compras algo vos a ver?

-Ah no, no, no sos reee egoísta che! Te pedí un poquito nada más

-A ver dame una razón por la cual debería convidarte

-Porque me lo merezco más que vos que sos una vaga y una tonta y que la maestra te reta porque sos burra.

-No vos sos una chupamedias de la seño y estás siempre pensando en hacer la tarea, y sos una aburrida y no tenes amigos.

-Prefiero no tener amigos a tener y tratarlos como vos me tratas a mi

-Yo te trato como quiero, ¿No te das cuenta de que si no fuera por mí estarías sola en el aula copiando lo que está en el pizarrón?

-¡Sos una mala!

Permanecían calladas por unos segundos, luego se olvidaban o eso aparentaban. Después se daban la mano, se decían mutuamente “amigas” y se agarraban del bracete, y caminaban por el patio, y jugaban con los otros chicos. Siendo normal esta conducta en los niños, resultaba ciertamente reprochable en adultos. Sin embargo, la costumbre le ganaba a la dignidad, y sus peleas siguieron. La adolescencia trajo otras quejas, en especial relacionadas con la posición social o la religión…

-Ayer me compré un solero divino para la fiesta del sábado, no sabes… cuando Pablo me vea no me suelta más.

-Que raro vos siempre tan consumista… ¿Qué mierda me importa a mi tu solero? ¿No te das cuenta de que el sistema se hunde y vos ahí preocupada por algo tan trivial como un baile de retrazados?

-Ja! Vos lo decís porque si queres comprarte algo tenes que ir a la salada. Nena, no tengas vergüenza de pedirme, a mi la ropa me sobra y la verdad que no te vendría mal algo un poco más decente… no es que no me gusten esas camisas hippies que usas… simplemente te da pinta de mugrienta ¿Me entendes? De sucia…

-Prefiero eso antes que ser una domada más como vos que te vestís como una puta recatada simulando ser fanática de Dios mientras andas coqueteando con profesores casados… pero por favor, yo seré mugrienta por fuera pero vos estás re podrida por dentro…

-Uhh ¿Ya te picó el bichito de la envidia de nuevo? No es mi culpa que los hombres no te miren porque tenes ese pelo siempre desarreglado, dormís sin sacarte el maquillaje y no te lavas los dientes. Además digamos que la providencia no te favorecio demasiado, con esa cara vulgar que tenes…

-Y vos estás vacía, si sos una hueca y siempre lo fuiste, para lo único que servís es para calentar pajeros estudiantiles.

El distanciamiento duraba un tiempo más, a veces hasta semestres. Pero lo cierto es que se daban cuenta de que les convenía tenerse cerca, porque en el mundo exterior nadie aguantaba tan bien las duras críticas como ellas. La madurez trajo consigo un cierto toque mordaz. Los comentarios no eran ya tan directos, la hipocresía se destilaba en cada una de sus palabras. Pronto vinieron los hijos y la competencia siguió. Hasta que un buen día…

-Así que Sandrita es escolta mirala vos eh… ¿Estudia mucho, che?

-Si, por suerte sí, es muy estudiosa… a Leandro no le va tan bien, ¿No?

-Ay pobrecito Lean las profesoras lo toman de punto… viste como son… hay un par que son los favoritos y a los otros ni pelota… así está el sistema educativo en este país, le enseñan a dos o tres superdotados… igual mejor porque yo creo que a Leandro con su carisma le alcanza. Viste que mi hijo es muy lindo… sacó los ojos de mi marido y mi nariz…

-Si… pero tengo entendido que nunca tuvo novia… que raro ¿No?

-Es que tiene tantas que la verdad no sabe de donde elegir…

-Ah… che y Mario cómo anda?

-Bien, ahí, tirando… gracias a Dios lo ascendieron, así que ahora gana un sueldo prominente… la verdad es que vivimos bien…

-Se la debe pasar trabajando el pobre… Yo por suerte lo tengo a Luis todos los días un ratito en casa y llega sano a fin de año.

-Mario es muy capaz, puede lidiar muy bien con la presión, además sus jefes…

-Che y viste las cosas que andan diciendo las de enfrente? Son todas unas chusmas…

-Ni hablar… parece que a Carmen el marido la hizo cornuda… ¡Que barbaridad! Igual pobre Carmencita es bastante fulera… no me extraña que Carlos no le toque un pelo

-No se eh… le puede pasar a cualquiera, yo creo que nadie está excento…

-¿Qué queres decir?

-No, nada… pensamientos míos…

-No, ahora hablá.

-Nada te digo, nada!

-Vos no cambias más, te haces la misteriosa al pedo… La verdad es que tu falta de seguridad se nota bastante… ¿No pensaste en iniciar terapia?

-¿Terapia, yo? No tengo motivos para pagar por algo así…

-Y con un marido haragán, una hija antisocial, un matrimonio rutinario como el tuyo…

-Puede ser rutinario pero al menos va a durar más tiempo que el de otras…

-El mio también dura y no es rutinario

-No se si va a durar demasiado eh… mira que Mario siempre fue bastante pirata

-Como si Luis no se hubiese mandado sus cagadas… los hombres son así no hay nada que hacerle…

-Sí, Luis se manda sus cagadas pero hace rato que colgó el parche…

-Mario no es pirata. Le gusta tener su independencia nada más. Vos porque sos una controladora, lo vas a asfixiar al tuyo, yo te digo… cuidalo porque dudo que consigas otro… siempre pienso que tuviste mucha suerte, vos nunca fuiste muy rica chica… que se yo, se te dio digamos…

-¿Pero por qué no te vas un poquitito a la mierda…?

-Yo te lo digo con todo el amor del mundo viste… vos sos muy buena pero se nota a millas que Luis sigue con vos porque te tiene lástima

-No voy a aceptar que justamente vos me vengas a sermonear sobre mi matrimonio. Sos la menos indicada.

-¿La menos indicada yo?

-Sí, vos, cornuda, sos la menos indicada. ¿No te diste cuenta todavía? Casi no podes pasar por la puerta con esos cuernos de venado que tenes… media pila amiga, despertate… la verdad duele pero es lo mejor.

-No te atrevas vos eh!? A difamar de esa forma a mi familia… quién te pensas que sos? Siempre fuiste como el perro del Hortelano. No podes ver como otra gente es más feliz que vos…

-Mira, vos fijate. Sino preguntale a la del cuarto que siempre se le rompe la cañería y necesita la ayuda de Mario…

-Andate de mi casa.

-Me voy porque quiero porque tu casa es un cuchitril asqueroso.

-No soy yo la que compra productos marca Día y va todos los días en bicicleta a trabajar como una esclava para hacer unos manguitos… por poco te prostituís por unas monedas.

Portazo. Y se terminó una “amistad” de treinta años. La verdad es que un poco se extrañan. Una no tiene quien le pague las deudas cuando está en un brete económico, y la otra no tiene un hombro para llorar porque descubrió en los bolsillos de su esposo los papeles del divorcio.

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