Hoy exploté como una bomba… otra vez. Y juro que por un segundo, en ese cubículo de dos por dos mientras escuchaba música melancólica y voces afuera pensaba en dejar de existir. Juro que me sentí desdichada y sola, sin amigos ni gente que me entienda. Me sentí abandonada, no solo por vos. Vos siempre sos el principio y todo lo que le sigue, para los demás, es drama. Pero por primera vez no estoy dramatizando. En ese momento a todo el mundo le daba lo mismo mi sufrimiento o mi felicidad, y tal vez siempre sea así, y tal vez recién lo descubrí. Las lágrimas que derrame por nada fueron más vanas aún. Se me mezclaban miles de cosas en la cabeza: vos y esas idiotas, todos en mi espacio, tocando mis cosas sin permiso, vos poniendo mi cartuchera violentamente en otro banco, vos riéndote con el profesor y estas individuas, vos bailando con la rubiecita de aparatos en ese cumpleaños donde yo me había sacado los míos para sorprenderte, vos con tu novia despidiéndote en el pie de la escalera con un beso delante de mis ojos, vos boludeando a una mina mucho más linda que yo, yo haciendo lo que me pedís, vos, vos, vos, vos, vos, vos, vos, y después llegó. La gente dándome la espalda, mis amigos dándome la espalda, a nadie le importa lo que me pasa, ni siquiera a mi, solo quiero irme a casa, solo quiero llegar a casa para poder llorar en paz y que ningún curioso pregunte y que no haya nadie ahí que se tenga que excusar por no haber estado. Solo yo, y tal vez Keane, y tal vez mi almohada mojada, un libro consolador. Y todo esto para poder decir que no estuve sola, que estuve sola porque en ese momento nadie podía estar ahí conmigo y no por otras causas. Pero no fue así y ahora me siento bastante insignificante. Como si todos tuvieran algo que hacer y yo fuera última en sus listas de prioridades. Como si mi compañía no fuera notada, más bien no fuera notada mi ausencia… hacía mucho que no me sentía tan mal, a pesar de que estoy triste últimamente.
Estas cosas y el tiempo
Hace 6 años